martes, 15 de abril de 2014

Ayuda a tu hijo a hablar mientras se divierte

Uno de los hitos más importantes y esperados por los padres es la llegada de esas ansiadas primeras palabras. Normalmente, se suele producir alrededor del año, aunque realmente este momento es un periodo de estimación, más orientador que otra cosa, ya que la producción de las primeras palabras tienen una enorme variabilidad según el niño y su maduración, en algunos casos los padres deberán esperar más de 24 meses para oír esos ansiados sonidos.

Hay que tener en cuenta, que aunque para el adulto se trata de un proceso natural y tan sencillo como el respirar, para el bebé es un largo y complejo proceso que debe de interiorizar paso a paso desde el primer día. 

En este proceso tienen una gran importancia la maduración de los órganos articulatorios del aparato fonador. También cobrará una gran importancia el oído, sin el cual, no podrá percibir los sonidos de su entorno,por lo que los padres o cuidadores deberán estar atentos a las respuestas del bebé ante los estímulos (desvía la mirada, mueve la cabeza en busca del sonido... o permanece indiferente) en este último caso deberemos consultar al pediatra para que le realice los controles necesarios.

 Según el curso natural, el niño comenzará  articulando sonidos o ruidos, empieza a gorjear, con esta práctica el niño trabajará las cuerdas vocales, la respiración, y la posición de la lengua y la boca. Al principio es un proceso de ensayo/error, el niño imita, de ahí que la tercera parte clave en esta ecuación sea la estimulación que le procure el entorno. 
Lo que hay que tener claro, es que si no hay maduración por mucho que estimulemos a un niño, no hablará antes. Pero si hay que tener presente que un niño que recibe la estimulación adecuada de su entorno y a través de diferentes medios es más probable que hable antes o por lo menos una vez que emita las primeras palabras el proceso se acelere.
 
De ahí, la importancia de hablar al niño desde un primer momento para que se familiarice con los sonidos, para ello, podemos jugar enseñándole canciones donde se repitan sonidos vocálicos, o estimularle con diferentes objetos, como sonajeros, ruidos de animales acompañado con las imágenes, sonidos de la calle... Hay muchos recursos que nos pueden ayudar tanto en la red, como las retahílas, refranes, poemas y nanas tradicionales que nos cantaban nuestras madres. 
Lo más importante es estimular al niño sin presionarlo, dentro de un ambiente seguro y de cariño. Si ves que tu hijo tienes tres años de edad y no ha emitido ninguna palabra, es el momento de ponerte en contacto con el especialista y de buscar una  respuesta. 

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